Blogia
Mientras miraba la Luna pensé...

Hoy es uno de esos días en que sólo se me ocurriría pensar, reír, llorar (de tristeza y de emoción), soñar... y como soñarte es gratis, pues me he propuesto montarme mi propia película, no sin antes dedicarte unas líneas que mucho tiene que ver con la historia que irá después.
Suena a pérdida de tiempo estar de este modo, separados, sin hablar, sin reír juntos. Yo quiero estar contigo mi niño, y sé demasiado bien que tú también deseas compartir tu vida junto a mí, porque te lo noto, te lo noté aquella tarde del 6 de Enero, cuando con tanto entusiasmo me dijiste "¡Hola! ¡Qué de tiempo, ¿no?!". Y no me dijiste nada más por timidez, y lo aseguro. No, no llegamos a hablar de lo nuestro cuando tuvimos que hablar, aprovechando esa tarde cuando nuestros cuerpos estaban a escasos milímetros uno del otro... tengo entendido que fue porque había mucha gente en aquel lugar, pero la calle también existe para hablar, digo yo. Tal vez era el momento, y me arrepiento de no haber dado ese paso, en decirte "vamos a bajar un rato", y tú no me lo negarías. Y es que sabiendo que tú también me recuerdas, que tú también piensas en mí, desconozco la razón por la que estás tú allí y yo aquí. Quizás ahora estarás de marcha con tus amigos, a lo mejor te comerás la boca con alguna tía, pero sólo te pido mientras no estemos juntos que no me olvides, que siempre que mires a alguna pienses en mí y recapacites, y pienses que más buena pareja que haces conmigo, muy difícilmente lo harás con otra (Según dice tu primo...).Piensa en lo nuestro, piensa si antes no has pensado con seriedad y tiempo. Tú, que has marcado por siempre mi vida, día a día, segundo a segundo, y aunque pareciera que sí, jamás te he olvidado, jamás me he besado con algún otro chico sin antes pensar en ti, porque mi corazón aún te siente, aún te añora y aún te necesita. Cómo me gustaría pronunciar tu nombre en las altas horas de la noche, gritar, si es necesario, gritar con toda mi fuerza "Sonia y José Ángel se quieren". Pero ya, ya sé que sería una locura hacer tal idea, que seguramente y en ese momento ni yo sería capaz, pero deseo hacerlo, para que mis palabras sinceras alcancen al cielo y atraviesen el universo entero, y las estrellas se agrupen para formar tu nombre y el mío, mi nombre y el tuyo. Niño, ¿Por qué te has adueñado del lugar de mi corazón donde habitabas hace tanto, tanto tiempo? Que aún pasando cuatro años sigo sin poder olvidarte, ni a ti ni a tus ojos, a tu boca dulce y salada a la vez, a tu pelo, a tus orejas pequeñas y suaves, y a tu piel aterciopelada. En qué medida desearía volver a esa etapa, donde muy lejos la tristeza estaba siempre que yo estuviera junto a ti. Oigo canciones y me conmueven de tal manera que sólo puedo pedir a Dios una mirada tuya, un beso tuyo para seguir viviendo y encontrar sentido a esta vida. Soy impaciente, lo sé, pero no puedo dejar de serlo aunque quisiera, porque llevo impregnada tu imagen en mi pensamiento que no se puede marchar, ni quiero.

0 comentarios